martes, 21 de julio de 2009

10.

09:33 a.m. Domingo, 21 de junio del 2009.

Julieta entra a la casa. Deja en el fregadero un cuchillo que luce muy sucio: todo embadurnado de un líquido rojo y aceitoso y algo espeso. Pasa por el comedor. Por el pasillo y el lavamanos. Todos sus movimientos son maquinales. Llega al baño. Cierra la puerta. Comienza a desnudarse. Luego se para bajo la regadera. Cierra la cortina. Abre la regadera. El agua fría le golpea en la nuca y los hombros. Después de un rato coge un jabón en la mano izquierda y en la derecha un estropajo. Restriega el uno con el otro. Deja el jabón en la repisa y cierra la llave del agua. Ahora con el estropajo comienza a frotarse en el cuello. En los hombros. Los pechos. El abdomen. Por el vientre y los costados. Entre las piernas. Lo cambia de mano y se frota las nalgas. Las piernas. Cuelga el estropajo y toma una botella. La abre y en su mano izquierda empina la botella. La presiona un poco. Sale un líquido verde y cremoso sobre la palma. Lo embarra en su mano derecha. Y después con las dos masajea su cabeza. Después de unos segundos abre nuevamente la llave del agua fría. Se enjuaga el pelo y todo el cuerpo. Cuando termina sale envuelta con una toalla rosa hasta las axilas y otra blanca en la cabeza.
------- Va a su cuarto. Abre el ropero. Coloca sobre su cama ropa interior, unos jeans de mezclilla azul deslavados y una blusa blanca de tirantes. Cierra la puerta del cuarto. Tira las dos toallas sobre la cama. Queda desnuda. Comienza a vestirse. Ahora escucha, con más claridad, una voz interna que le resulta hermosa y tranquila y celestial. Julieta sonríe. Y enseguida comienza a dar respuestas en voz alta. Julieta no se sentirá sola por el resto de su existencia.
------- Ahora el reloj marca las 09:45 de la mañana. Julieta termina de alistarse. Sale de su habitación. Pasa por el pasillo. Va al comedor. Coge una silla de madera y regresa a su habitación. Coloca la silla de madera enfrente del ropero. Se sube a ella. Abre una puerta corrediza de la parte superior. Saca una caja blanca, empolvada. Baja con cuidado de la silla de madera. Pone la caja blanca sobre la cama. Y con la toalla rosa y húmeda le sacude el polvo. Julieta luce muy feliz. Llora. Luce emocionadísima.

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